Corresponde a derechos exclusivos que otorga el Estado para usar o explotar invenciones, modelos de utilidad, diseños y dibujos industriales, esquemas de trazado o topografía de circuitos integrados, marcas comerciales, indicaciones geográficas y denominaciones de origen, que realizan y crean personas naturales o jurídicas en un territorio. (Fuente: INAPI)
La existencia de la Propiedad Industrial es muy importante, ya que permite a los creadores apropiarse, gestionar y obtener beneficios económicos de sus invenciones, además de ser fundamental para lograr la diferenciación y el éxito esperado en el mercado.
La Propiedad Industrial otorga el derecho a utilizar la invención, diseño o signo distintivo y, además, el de prohibir que un tercero lo haga. Por ello, es una excelente herramienta que funciona como un gran incentivo a la innovación y difusión del conocimiento y la tecnología, permitiendo a creadores e inventores apropiarse, gestionar y obtener beneficios económicos de sus creaciones, además de ser fundamental para lograr la diferenciación y el éxito esperado en el mercado.
Los resultados de la Investigación Aplicada son considerados jurídicamente como derechos y, en el marco nacional e internacional, asumen la forma de Propiedad Intelectual, específicamente, Propiedad Industrial. Esta última corresponde a los derechos exclusivos que otorga el Estado para usar o explotar invenciones, modelos de utilidad, diseños y dibujos industriales, esquemas de trazado o topografía de circuitos integrados, marcas comerciales, indicaciones geográficas, denominaciones de origen, que realizan y crean personas naturales o jurídicas en un territorio.
Un aspecto esencial del proceso de Investigación Aplicada es la protección de la Propiedad Intelectual, y dentro de esta, la Propiedad Industrial, lo que garantiza a la industria la inversión realizada, proporcionándole una ventaja tecnológica y comercial frente a la competencia, justificando, de esta forma, la participación económica del sector productivo en el proceso de investigación.
Por ello, es importante comprender que la Propiedad Intelectual, desde donde nace la Propiedad Industrial, es una rama del derecho que busca, por una parte, fomentar la innovación, la creación y la Transferencia Tecnológica y, por otra, ordenar los mercados, facilitando la toma de decisiones por el público consumidor.
Los derechos de Propiedad Intelectual pueden ser también considerados como activos (bienes no físicos que posee una empresa, y que pueden convertirse en dinero, u otros medios líquidos equivalentes, para su posterior venta), más aún, en países que hacen un gran uso de estos. Un ejemplo es Estados Unidos, donde existen verdaderas industrias destinadas a la explotación de derechos de Propiedad Intelectual, siendo muy normal que estos tengan incluso más valor que los activos tangibles (son materiales, es decir, se pueden ver y tocar).
En Chile, el organismo que tiene a su cargo el Registro de los Derechos de Propiedad Industrial, a la que alude la Ley 19.039, y su Reglamento, es el INAPI (Instituto Nacional de Propiedad Industrial).
Tales materias se encuentran bajo el imperio de la Ley de Propiedad Industrial, cuyo registro es de competencia del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), ubicado en Av. Libertador Bernardo O’Higgins 194, piso 1, Santiago, Chile.
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