El arenero Modesto Enrique Rojas en pleno trabajo.
Mauricio del Pino, docente de la institución, ofreció su obra para que alumnos puedan consultar sobre la riqueza de un oficio que va en franco descenso
En enero, el docente de las escuelas de Comunicación y Diseño de Duoc UC sede Viña del Mar, Mauricio del Pino, lanzó el libro “Areneros del Marga Marga”, una obra inspirada en el trabajo que por décadas realizan los areneros y pirquineros de este lugar emblemático de la Región de Valparaíso, producción realizada gracias al financiamiento de un Fondart regional.
Del Pino quiso representar de varias maneras este oficio, por lo que su trabajo fotográfico y de investigación quedó plasmado en un libro y en el sitio web www.arenerosdelmargamarga.cl, donde se pueden leer testimonios, historias de vida, ver imágenes, dibujos y hasta escuchar los sonidos en un día común de trabajo en la cuenca del Marga Marga.
Recientemente, el autor donó varios ejemplares de sus libros a bibliotecas de sedes de Duoc UC que cuenten con las escuelas de Comunicación y Diseño.
¿Qué te inspiró a realizar este registro?
El Estero Marga Marga es hoy, más que nunca, un lugar estratégico. Pero esta singularidad es de índole creativa y social. Su topografía, su vinculación con el medio ambiente, el uso de sus suelos, las narrativas que lo significan lo hacen hoy un lugar de exploración por excelencia, un laboratorio abierto a la comunidad; en ese sentido, mi proyecto ha sido sólo un gesto en el vasto panorama que se abre cuando te preguntas por este espacio sin perjuicio.
El proyecto final contempla imágenes, testimonios, sonidos y dibujos. ¿Qué quisiste transmitir con este completo trabajo?
La fotografía tiene limitaciones y también opera como una reducción constante de lo observable. Si el proyecto requería indagar en el imaginario de los areneros me propuse entonces que los propios areneros pudieran esbozar, imaginar la geografía de su trabajo. Con esto generaba una alteridad en el registro autoritario, además, me di cuenta de que la sonoridad del lugar era fundamental para destacar el carácter rural, incluso pre-moderno del estero. Con esta forma múltiple de la expresión: gráfica, fotográfica, sonora, textual he intentado acercarme a la espesura de dicho espacio.
¿Cuánto tiempo te tomó desarrollar el proyecto desde su inicio hasta que estuvo finalizado?
Toda investigación te puede llevar a nuevos resultados, a nuevos campos de estudio, a nuevas preguntas que no tenías contemplado; con este proyecto pasó algo parecido. Buscaba areneros, que de algún modo ya conocía, pero me encontré con los buscadores de oro, con el paisaje sonoro, con la geografía y esto significó finalmente alargar el proyecto en un año. En concreto me tomó dos años realizarlo.
¿Has vuelto al lugar? ¿Mantienes alguna relación con los areneros?
Desde hace casi 10 años llevo a mis estudiantes de fotografía a visitar a Juan Carlos Rivera Peñaloza, un arenero maravilloso, lleno de historias entretenidas (pues en su tiempo también fue un pirquinero del oro), esta experiencia en terreno es como una “inmersión sociocultural” que mis estudiantes finalmente agradecen, pues toman conocimiento de un sistema de vida y trabajo inauditos, de una particular visión de mundo que contrasta e ilumina nuestra realidad.
¿Crees que este es un trabajo que está pronto a desaparecer?
Absolutamente, esta gente de esfuerzo ha privilegiado la educación formal de sus hijos, y con mucho sacrificio, con lo cual el relevo familiar que antes acontecía se ha perdido. De los 9 areneros que he entrevistado, dos ya fallecieron el año pasado.
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